Esta imagen se venera en Morón de la Frontera, Sevilla. Las lágrimas del rostro muestran el dolor de su Corazón.
Lleva varios broches y rosarios, regalo de los fieles por las gracias recibidas.
“En casos de apariciones es mejor creer que no creer, porque si se cree y se prueba que son verdaderas, se tendrá el gozo de haber creído, porque Nuestra Señora del Cielo así lo pidió…y si se cree y no son verdaderas, recibirás las bendiciones como si hubieran sido verdaderas, porque hemos creido que lo son.
Para aquellos que crean, ninguna explicación es necesaria, y para aquellos que no creen, ninguna explicación es posible“. Palabras del Papa Urbano VIII (1623-1644).
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